
Durante la dictadura militar alguien le comenta a Borges que el general Galtieri, presidente de la República en ese momento, ha confesado que una de sus mayores ambiciones es seguir el camino de Perón y parecerse a él. “¡Caramba! -interrumpe Borges- es imposible imaginarse una aspiración más modesta“.
Borges firma ejemplares en una librería del Centro. Un joven se acerca con Ficciones y le dice: “Maestro, usted es inmortal“. Borges le contesta: “Vamos, hombre. No hay por qué ser tan pesimista“.
Roma, 1981. Conferencia de prensa en un hotel de la Via Veneto.
Además de periodistas, están presentes Bernardo Bertolucci y Franco María Ricci. Borges, inspirado, destila ingenio. Llega la última pregunta. “
- “A la sabiduría sueca“.
Q DIARIO 14-06-11
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